jueves, 22 de octubre de 2015

El día de los Difuntos

La semana que viene termina Octubre e iniciamos el mes de Noviembre. El primer día de Noviembre se celebra el Día de los Difuntos, o día de Todos los Santos.

Cada país tiene su manera de conmemorar este día, y honrar a los que ya no están con nosotros. En España tenemos unas costumbres que han perdurado con el paso de los años, y se han transmitido de generación en generación.

Una de ellas es la representación de la obra de teatro "DON JUAN TENORIO" publicado en 1844 por José Zorrilla. ¿Por qué se representa esta obra el día de los Difuntos? Seguramente porque una gran parte de ella transcurre en un cementerio, en el que están enterrados Doña Inés y su padre el Comendador, cuyo espectro aparece al final de la obra para conducir a Don Juan al infierno. Pero la mediación del espectro de su enamorada Doña Inés intercede por él.

La clase de 2º va a intentar revivir esta tradición. Vamos a aprendernos entre todos la famosa "ESCENA DEL SOFÁ" . Como su texto en verso es un poco difícil para nosotros, nos vamos a aprender un poquito cada uno. Aquí está la secuencia completa:


DON JUAN.

¡Cálmate, vida mía!
Reposa aquí; y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga, llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
y ese encendido color
que en tu semblante no había,

¿no es verdad, hermosa mía
que están respirando amor?
¡Oh! Sí, bellísima Inés,
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando, vida mía,
la esclavitud de tu amor.

DOÑA INÉS.

¡Ah! Callad, por compasión,
que oyéndoos, me parece
que mi cerebro enloquece,
y se arde mi corazón.
¿Y qué he de hacer, ¡ay de mí!,
Si no caer en vuestros brazos,
si el corazón en pedazos
me vais robando de aquí?
No, don Juan, en poder mío
resistirte no está ya:
yo voy a ti, como va
sorbido al mar ese río.
¡Don Juan!, ¡don Juan!, yo lo imploro
de tu hidalga compasión:
o arráncame el corazón,
o ámame, porque te adoro.



DON JUAN.

¡Alma mía! Esa palabra
cambia de modo mi ser.
Desecha, pues, tu inquietud,
bellísima doña Inés,
porque me siento a tus pies
capaz aún de la virtud.
Sí; iré mi orgullo a postrar
ante el buen comendador,
y, o habrá de darme tu amor,
o me tendrá que matar.


DOÑA INÉS.

¡Don Juan de mi corazón!

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¿Nos animamos? PArece difícil pero entre todos es un poco menos. En cuanto al vestuario, es sencillo. LAs niñas irán de Doña Inés, que va entera de blanco, y los niños de Don Juan. Podemos ir la parte de abajo con vaqueros azules o chandal oscuro, y la parte de arriba ya caracterizados (niñas de blanco, niños con algún motivo de la época). Las niñas, si no quieren, no hace falta que lleven nada en la cabeza, pero sí deben ir de blanco. Buscando en internet salen muchas ideas.







Otra tradición que tenemos es la elaboración de dulces propios de la fecha. Los HUESITOS DE SANTO es uno de ellos.